Las viejas costumbres de Hollywood se quedaron en el pasado porque vivimos en el siglo XXI y tenemos una perspectiva diferente sobre lo que debe ser una mujer, una persona de color y especialmente una persona con una identidad de género no heterosexual. Estos avances en nuestra sociedad no han llegado a los oídos de todos los productores, directores y guionistas de televisión, puesto a que siguen cayendo en el mismo ciclo tóxico de mensajes subliminales y subtextos homoeróticos; a este concepto se le conoce como queerbaiting (aludiendo a la palabra “queer” que es usado como una forma de identificarse de la comunidad LGBT, y “baiting” aludiendo al cebo de pescar). Es una forma sencillamente barata de capturar mayores audiencias con un mínimo esfuerzo de producción, dependiendo de que sus seguidores se aferren a cada fibra de representación posible.
AUDIO: The Hays Code https://soundcloud.com/bombshellregina/nota-4-the-hays-code?in=bombshellregina/sets/periodismo
Este concepto lleva años desarrollándose, particularmente con el crecimiento de los grupos de seguidores de las series de televisión populares en el internet; sitios como Tumblr o Reddit vieron el inicio de estos grupos organizados de fans conocidos como “fandoms” que empezaron a especular sobre las posibles relaciones entre personajes del mismo sexo. Si bien antes era una forma de enmascarar rasgos típicamente atribuidos a la comunidad LGBT (desde la vestimenta hasta la forma de hablar), con el paso de los años se ha ido dejando las suposiciones basadas en rasgos superficiales para aludir a temas más directos de la identidad de género y orientación sexual.
Después del trabajo pionero de las series The L Word y Glee, las cuales siguen la narrativa de mujeres y hombres de distintas sexualidades y sus enredos amorosos, las casas productoras importantes vieron una pequeñísima ventana de oportunidad para desarrollar temas que atraerían al público LGBT. Aunque aún era tentativo el atractivo que tendrían las series con temas relativamente controversiales, muy pocos se adhirieron a este cambio nuevo y se quedaron muy por debajo de la representación abierta. Es aquí donde se creó el círculo vicioso que es el queerbaiting, puesto a que notaron una popularidad en aquellos programas en los cuales dos personajes del mismo sexo tenían una química casi romántica, sin confirmación canónica.
El problema creció cuando series como Supernatural, Once Upon a Time o Sherlock (entre muchas otras) impulsaron este tropo televisivo; queerbaiting requiere acción consciente por parte de los creadores de los programas y personajes y no es un accidente que ciertas parejas muestran todas las señales de una relación amorosa. Este fenómeno se puede identificar simplemente si se cambia el género de uno de los personajes, de tal modo que si el público percibe una relación heterosexual en potencia los escritores pocas veces dudan en hacerlos “endgame” (juego final; la pareja con la cual terminarán en el programa). Vemos interacciones entre dos hombres con tensión sexual, diálogos entre dos mujeres con intenciones amorosas y paralelos cinematográficos imposibles de ignorar; hasta la música puede insinuar que habrá un beso entre las dos personas, pero nunca llega a pasar.
Infografía por Ana Regina Gonzalez
John Watson (Martin Freeman) y Sherlock Holmes (Benedict Cumberbatch) (Foto: Sherlock/BBC)
No es un acto inconscientemente homofóbico, gracias a que los mismos miembros de la producción de las series donde el queerbaiting es más contundente han admitido en entrevistas que conocen esta interpretación, pero deciden no ejecutar nada concreto. Siempre se quedan con la pregunta de “¿sucederá o no?” para no alejar a sus televidentes conservadores ni a los liberales. Es por esto que se diferencía de mensajes subliminales que sobreinterpretan los fanáticos, porque no es algo que leen entre líneas, sino un hecho admitido por los mismos directores y actores.
No hay una razón única por la cual se sigue creando este acontecimiento, siendo que la homofobia puede ser discutida de forma pública; con el aporte de los programas en las redes sociales es más difícil que no se discutan controversias y ofensas hacia la comunidad LGBT. A veces es una censura proveniente del estudio y no de los productores o guionistas; es más notable en programas de casas productoras y estudios de animación con una orientación mayormente infantil, porque temen atacar su imagen tradicional con decisiones arriesgadas. Disney y Dreamworks, dos estudios de alto prestigio, son el perfecto ejemplo del control que ejercen los ejecutivos y el mismo miedo que tienen los creativos detrás de proyectos para niños.
VIDEO: La caracterización de villanos de Disney https://youtu.be/fR-3piacXdI
Queerbaiting es la trampa perfecta y el sistema ideal para que el negocio de la televisión prevalezca sin levantar la voz por quienes mueren por una onza de representación justa; la comunidad LGBT está tan harta como desesperada y esto los lleva a caer en redes de promesas falsas. Gracias a las innovaciones de series de streaming como Sense8, Orange is The New Black y Queer Eye de Netflix, los programas de televisión de paga como Orphan Black, The Fosters o Jane the Virgin pueden romper estos lineamientos que destruyen la credibilidad de Hollywood y los productores engañosos. Cada día se combate más y más este suceso con la esperanza de que florezcan los personajes abiertamente homosexuales sin insinuaciones o vacíos en los medios; cada personaje no heterosexual es un pequeño paso para la televisión, pero un gran paso para la sociedad.
Con información de: Rowan Ellis y Sarah Z en YouTube, Oveja Rosa, Lesbicanarias, Nación Rex, Pink News, TV Tropes, IMDB, Hornet, “The Prime Time Closet: A History of Gays and Lesbians on TV” por Stephen Tropiano.
¡Hola! Tus artículos son muy interesnates, entré buscando sobre temas lgbt+ y encontré más de lo que quería, ¡Excelente trabajo! Espero seguir leyendo más de tus aportaciones.
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