Les comparto una foto de un lugar que extraño mucho: Chiapas. Hace un tiempo que formulé esta oración en mi cabeza. Para quienes se han cambiado de ciudad, dejando atrás una vida para crear una nueva a donde vamos, sabemos que es casi imposible no pensar en lo que se queda. En las amistades que solíamos ver con frecuencia y solo estaban a una corta distancia, en los restaurantes donde probamos la comida típica, y no tanto, del lugar; en las películas del cine, los museos, lo que sea. Entendí desde muy niña que mudarme era una nueva oportunidad para la reinvención de mi espacio y de mi persona, donde podía dejar atrás aquello que no me agradaba mucho y empezar de nuevo, de cero. Pero con el tiempo también vas dejando cosas que sí te gustan, y eso es lo verdaderamente difícil de pensar en los días rudos. Me considero una persona muy adaptable. Mi naturaleza Tauro surge en otros aspectos, pero cuando se trata de moverme y sumergirme a mi entorno, soy bastante flexible. Me encanta el...