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Las madres de la ciencia

- Las mujeres en la historia aportaron gran parte de los descubrimientos de las ciencias aplicadas y se requiere mayor reconocimiento de su trabajo.
- La inspiración de cientos de futuras ingenieras, físicas y matemáticas está en todas sus predecesoras y su trabajo.
 por Ana Regina González 


  • Las mujeres son dadoras de vida, creadoras de la existencia de la humanidad; si no fueran ellas las que otorgaran el don de vivir, ¿por qué entonces les llamamos Madre Tierra, lengua madre, tierra madre? Sencillamente porque las mujeres juegan un rol protagónico en la formación de la persona y crecen como personas inteligentes y capaces; no obstante, la historia insiste en pasarlas al fondo como personajes secundarios, limitando la divulgación de su actual participación en los hallazgos científicos.


Alumnos de Ingeniería en la Universidad Anáhuac México. (Foto: Ana Regina Glez.)

La creación del mundo según el cristianismo fue gracias a la decisión de una deidad superior de poner a un hombre y una mujer sobre la faz de la Tierra, para que ellos crearan la raza que se convertiría en la gente de hoy. Independientemente de las creencias religiosas de cada individuo, la concordancia general llega al mismo resultado: desde el inicio de los tiempos, biológicamente hablando, han existido dos tipos de seres que se encargan de educar a las generaciones. Conforme pasaron los siglos y se dio el milagro de la evolución, estos desarrollaron roles distintos e igualmente importantes para la supervivencia de las comunidades crecientes. De estos comportamientos nacieron las artes y las ciencias, prácticas esencialmente intrínsecas de la antropología que abrieron una infinidad de puertas hacia lo nuevo, lo moderno y lo estético. 

La ciencia en todas sus presentaciones no es más que el fruto de este desarrollo histórico y como tal no se puede negar el papel importante que han tenido las mujeres en esta área del conocimiento. A pesar de la constante represión que toleran las ingenieras, las doctoras, las químicas y las físicas-matemáticas (entre otras practicantes), no podemos permitir que sus nombres desaparezcan detrás de sus compañeros masculinos; el gran impacto de las mujeres en STEM (por sus nombre en ingles: Science, Technology, Engineering and Mathematics) se vislumbra en todo el mundo. 

Desde la antigüedad se han involucrado mujeres en las raíces de las ciencias tecnológicas del siglo XXI; puesto a que antes de construir y programar computadoras se debía entender el ambiente, la naturaleza del planeta y del hombre en sí. Fueron las mujeres las que desarrollaron la agricultura, la comprensión del crecimiento del alimento y las reacciones de las plantas ante fenómenos climatológicos. Incluso las enseñanzas del lenguaje, la comunicación y las relaciones interpersonales fueron hechos clave que desarrollarían áreas en sus cerebros esenciales para su uso máximo.

Se han encontrado vestigios y registros en Grecia antigua de doctoras, filósofas y alquimistas que tenían permitido asistir a lecturas y aprender a un lado de los grandes pensadores de su tiempo. Si bien es cierto que no todas eran recibidas con los brazos abiertos, como sería el caso de las primeras licenciadas en los inicios de las universidades, esto no detuvo la curiosidad de ellas por saber y aprender más. Más adelante, los centros de conocimiento se incorporarían a la iglesia y de ahí nacería el deseo de unirse a conventos para tener acceso a libros, los cuales eran considerados un privilegio al ser elementos caros de crear y distribuir. 


No es una repartición equitativa, puesto a que quienes no pudieran pertenecer a una abadía o convento por cuestiones sociales, maritales o religiosas sólo podían ver cómo esos textos de conocimiento quedaban fuera de su alcance. Poco a poco, al divulgar el conocimiento empírico de la ciencia más que el teológico de la religión (específicamente de las ramas judeocristianas, cuya doctrina estricta cazaba a cualquier científico que se opusiera a la verdad bíblica); así como la apertura de escuelas públicas que le permitirían el acceso a la erudición a jóvenes de distintas clases, se ha ido normalizando la presencia de niñas en la academia. 

A pesar de la presencia regular de las mujeres en las escuelas en los países desarrollados, el número que se interesa por participar en alguna disciplina STEM no es más que una fracción diminuta a comparación de los hombres. 

La participación general de las mujeres en la ciencia, como lo demuestran los títulos académicos recibidos, se ha incrementado en todos los niveles desde mediados de la década de 1960, y el desgaste de las mujeres en los niveles superiores es motivo de preocupación. A partir del año 2000, las mujeres ahora reciben el 50,4% de los títulos de ciencias e ingeniería en el nivel de licenciatura, pero solo el 43,3% en el nivel de maestría y el 36,2% en el nivel de doctorado. Además, el porcentaje de licenciaturas otorgadas a mujeres en matemáticas y ciencias de la computación en realidad ha disminuido (Destito, 2004, párr. 5).

Esto demuestra que disponibilidad no siempre va de la mano con interés, pero este fenómeno se adentra a un concepto sociológico que intersecta con una misoginia pre-establecida en los ámbitos laborales y educativos; no es que a las pequeñas no les llame la atención construir, calcular o estudiar, pero desde una edad temprana se adoctrina a los infantes con los roles de género tradicionales. Algo tan sencillo como los juguetes son una prueba clara de la orientación de cada sexo hacia ciertos comportamientos que se conocen como “normales” para cada uno: en el pasillo azul de los niños están los tractores de construcción, los juegos de superhéroes y experimentos científicos; en el pasillo rosa de las niñas hay muñecas esbeltas, maquillaje por montones y bebés de plástico para alimentar. Como bien explica Debbie Sterling en su TEDx Inspiring the next generation of female engineers (Inspirando a la siguiente generación de ingenieras femeninas), las pequeñas no se desvían porque no les interesen los juegos “de niños”, si no que no encuentran unos que vayan dirigidos hacia ellas. ¹

En el pasado
Recordando a quienes marcaron a la humanidad por sus grandes descubrimientos, quizá es más fácil recordar nombres como Albert Einstein, Thomas Alva Edison y Neil Armstrong, entre otros. Destacan pocos nombres de mujeres exceptuando a Marie Curie o Helen Keller; a pesar de la presencia del grupo femenino en descubrimientos trascendentales de la innovación científica, su identidad fue incluso escondida entre pseudónimos típicamente masculinos. 

Entre los nombres que deberíamos recordar tenemos como ejemplo a Hipatia, gran matemática, filósofa y astrónoma de la desaparecida biblioteca de Alejandría, en donde varios textos de su autoría fueron destruidos tras el incendio de dicha institución; o Jocelyn Bell Burnell, cuyo descubrimiento de los púlsares de radio fue nombrado el gran descubrimiento astronómico de la modernidad y aún así no fue citada en el trabajo ganador del Premio Nobel de Física de 1974. (IFLScience Official, 2017).

INFOGRAFÍA: Ganadoras de Premios Nobel en categorías científicas


En Egipto, aproximadamente en el año 2700 a.C. existió la que seguramente fue la primera doctora y mujer involucrada en la ciencia: Merit-Ptah, que aunque existen muy pocos registros de su existencia y sus actividades, se cree que ella fue la primera jefa médica de toda la historia. Margaret Hamilton fue la programadora detrás del proyecto exitoso del Apolo 11, cuando EE.UU. mandó esta nave al espacio exterior y fue la primera vez que el hombre pisó la luna; gracias a ella pudieron entrar Katherine Johnson y su equipo (protagonistas de la aclamada película Talentos Ocultos) a trabajar en NASA. 

Es una lista amplia de doctoras y exploradoras de lo desconocido que han marcado la historia; asimismo, el número de ocasiones en las que fueron silenciadas o ignoradas por la comunidad científica (y como consecuencia, por el mundo y la historia popular) indica una falta de respeto por parte de sus colaboradores. Hipatia fue asesinada por una multitud de monjes cristianos que la consideraban impropia por su impecable inteligencia y alta cultura, cuando realmente comenzaron a reforzar las ideologías del cristianismo y el papel de una mujer como cuidadora del hogar. 

Rosalind Franklin realizó un trabajo vital para el descubrimiento de la estructura del ADN, su colega compartió su trabajo sin su permiso a James Watson y Francis Crick. Con esta información los dos pudieron hacer su famoso descubrimiento; Watson y Crick, junto con los colegas de Franklin, recibieron más tarde el Premio Nobel por el descubrimiento del cual Franklin había sido excluida (IFLScience Official, 2017).

Numerosos han sido las obras que se han enmascarado como trabajos hechos por hombres que en realidad tuvieron escritoras, investigadoras y pintoras detrás. Fuera de los incidentes intencionales, como fue el de las hermanas Brontë y sus novelas, cuando un hombre busca quitarle el crédito a su contraparte femenina se ve una misoginia que todavía se intenta erradicar en el siglo XXI. ²

Jóvenes estudiantes de Ingeniería en la Universidad Anáhuac México en un laboratorio de química. (Foto: Ana Regina Glez.)

En el futuro 
Ya podemos aprender de las grandes mujeres de la ciencia en años pasados, pero ¿qué sucede con las del futuro? A pesar de las cifras inferiores de población femenina estudiando licenciaturas, maestrías y doctorados en STEM, las que cursan estas áreas sí admiran a sus predecesoras. En áreas de medicina hasta construcción, estas estudiantes aprenden de los conocimientos de quienes vinieron antes de su tiempo y lo usan como ejemplo para mejorar su entorno educativo y laboral. Esto no es sin sus complicaciones, puesto a que desde el salón de clases tienen que lidiar con discriminación de género. Alumnas de la carrera de Ingeniería Química en la Universidad Anáhuac México coincidieron que sus maestros tienden a favorecer a los alumnos masculinos y que normalmente a las mujeres les ofrecen más ayuda y las tratan de forma condescendiente. 

Asimismo, las alumnas que ingresan a primer semestre de la carrera de Medicina en otras instituciones de educación superior encuentran que son vistas como madres en potencia y no necesariamente doctoras practicantes. El problema no es su anhelo o falta de tener hijos, pero cuando las aspirantes son reducidas a estereotipos de género que limitan su interés por el conocimiento, existe una desigualdad de oportunidades. Si desde el inicio les plantean que son inferiores, ¿qué clase de mensaje les quedará en su carrera? 

VIDEO: Mayim Bialik: Ciencia y arte convergen https://www.youtube.com/watch?v=EWaJH57GJGo&t=6s

  • Es esencial que se reconsidere el papel de la mujer en las investigaciones científicas, gracias a que se puede estudiar la vitalidad de sus aportaciones a las ramas de STEM y el resultado es claro: se deben incluir más chicas, jóvenes y adultas, en los procesos de desarrollo e innovación en todos los campos científicos. Si personajes como Hipatia, Marie Curie, Ada Lovelace o Jane Goodall se hubiesen abstenido de nadar contra corriente para probarle al mundo sus inigualables mentes y habilidades eruditas, el camino de la ciencia para las mujeres sería aún más rocoso. Como dijo la joven estudiante de MIT Tiera Guinn, “No importa lo difícil que sea, no importa cuántas lágrimas llores, debes seguir empujando. Y hay que entender que nada viene fácil. Manteniendo tus ojos en el premio, puedes tener éxito " (Curry, 2017, párr. 5).




¹ Video del TEDx de Debbie Sterling,  https://www.youtube.com/watch?v=FEeTLopLkEo
² Lista de las mujeres científicas del siglo XXI, https://www.revolvy.com/page/List-of-female-scientists-in-the-21st-century



Con Información de Science Policy, Global Citizen, Springer, The New York Assembly, IFL Science, Universidad de Alabama, Explore the Archive y Global Citizen. 

  • Baqir, F. (2018, 12 marzo). Women in Science and Mother Sciences in the 21st century. Recuperado 1 marzo, 2019, de https://sciencepolicy.ca/news/women-science-and-mother-sciences-21st-century
  • Curry, C. (2017, 10 febrero). 17 Top Female Scientists Who Have Changed the World. Recuperado 1 marzo, 2019, de https://www.globalcitizen.org/en/content/17-top-female-scientists-who-have-changed-the-worl/
  • Ward, W. E. (1970, 1 enero). The Success of Female Scientists in the 21st Century. Recuperado 1 marzo, 2019, de https://link.springer.com/chapter/10.1007/978-3-531-91218-9_3
  • Destito, R. M. (2004). Women and Technology In The 21st Century - A Report on the Assembly Roundtables on Women and Technology. Recuperado 1 marzo, 2019, de https://nyassembly.gov/comm/GovOps/20050303/
  • IFLScience Official. (2017, 24 agosto). Women in science who changed the world [Archivo de vídeo ]. Recuperado 5 marzo, 2019, de https://www.youtube.com/watch?v=W53Ks824GTA
  • Crocker, D. Dra., & Howard, S. Dr.. (2012). 4000 Years of Women in Science. Recuperado 5 marzo, 2019, de http://4kyws.ua.edu/MERIT_PTAH.html
  • Barry, S. (2019, 30 enero). 15 Important Women in History You May Not Have Heard of. Recuperado 5 marzo, 2019, de https://explorethearchive.com/15-important-women-in-history
  • Curry, C. (2017b, 10 febrero). 17 Top Female Scientists Who Have Changed the World. Recuperado 6 marzo, 2019, de https://www.globalcitizen.org/en/content/17-top-female-scientists-who-have-changed-the-worl/
  • Zavia, M. S. (2015, 7 octubre). Solo 5 mujeres han ganado el Nobel de Física o Química (de entre 375 galardonados). Recuperado 6 marzo, 2019, de https://es.gizmodo.com/solo-5-mujeres-han-ganado-el-nobel-de-fisica-o-quimica-1735143347
  • Parra, S. (2012, 10 marzo). Mujeres que han ganado el Nobel por su dedicación a la ciencia. Recuperado 6 marzo, 2019, de https://www.xatakaciencia.com/quien-es/mujeres-que-han-ganado-el-nobel-por-su-dedicacion-a-la-ciencia


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